La noción de desempeño social se ha vuelto un factor determinante para garantizar el buen funcionamiento de las empresas. Se trata de nuevos retos para las organizaciones que generan un control tradicional basado únicamente en el rendimiento económico. Lo mismo sucede con el desempeño ambiental, en los últimos años se ha transformado en acciones de cumplimiento reglamentario sin ser visto como un factor que genera valor a los productos y/o servicios. Hoy vemos una luz diferente gracias al concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE).
Todo esto nos lleva a pensar: ¿Cuáles serán las mejores prácticas para el 2022 y cómo mantenerlas en el tiempo?
Tomemos la definición de la RSE según la Comisión Europea “es la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores sociales”.
Es decir que, la RSE va más allá de las obligaciones reglamentarias.
Según un informe del 2017 realizado por Deloitte y la fundación Seres, en España el 60% de las empresas que participaron cuentan con proyectos de RSE, el 82% incluyen la ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) en su estrategia de RSE, por ejemplo, 6 de cada 10 empresas han contribuido a integrar laboralmente a colectivos desfavorecidos.
Se necesita de una palanca estratégica para generar valor, mejorar la calidad de las operaciones y contribuir al desarrollo del rendimiento sin dejar a un lado las necesidades de las partes interesadas internas y externas de la empresa.
¿Por dónde empezar con la RSE?
Inicialmente, debemos buscar herramientas pertinentes y actualizadas que permitan medir y controlar el rendimiento de la organización de manera global. Una de las mayores falencias se encuentra en la medición del desempeño social, nos hacemos preguntas como: ¿cuáles son los actores que debo evaluar?, ¿cuáles son las acciones pertinentes?, ¿cómo debo hacerlo?.
Un punto clave de la RSE es la preocupación por los valores éticos y ambientales en todo lo relacionado con la producción, así como el bienestar de los empleados y cada uno de los stakeholders.
1 – Los clientes
Dentro de las partes interesadas se encuentran los clientes, alcanzar sus expectativas siempre ha sido una prioridad, sin embargo, la preocupación en los últimos años ha sido cada vez más alta. La RSE es un factor diferenciador, tiene un impacto positivo en la fidelización de clientes. La satisfacción de los clientes permite materializar la calidad de un producto o servicio y conocer su impacto una vez sale de la cadena de producción.
2 – Los trabajadores
Hablar de calidad de vida en el trabajo cobra una mayor importancia, ya que hace parte del enfoque de salud y seguridad en el trabajo. Una empresa comprometida hace todo lo posible porque sus trabajadores cuenten con las mejores condiciones, desde el entorno hasta los horarios. La satisfacción de las expectativas de los empleados tienen un impacto positivo en los niveles de productividad.
Recordemos que las organizaciones tienen la obligación de identificar los riesgos asociados a las actividades, por ello se deben establecer medidas de prevención frente a todos los tipos de riesgos, los cuales incluyen los psicosociales. Esto puede evidenciarse en una política de RSE donde se presenten todas las acciones a efectuar para fomentar un ambiente laboral sano, con igualdad de género y de oportunidades salariales.
3 – Inversores
El tema financiero requiere de una estrategia de gestión para la RSE, los riesgos del lavado de activos o de otros tipos de financiamientos ilegales requieren de un control y evaluación activa para reducir los riesgos de corrupción.
4 – Impactos ambientales
El interés de la RSE en la gestión ambiental se enfoca en el control de los impactos negativos de las actividades de las empresas para reducir su presión sobre los recursos naturales. El objetivo es establecer acciones como la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero teniendo en cuenta todo el ciclo de vida de los productos, y también reducir el consumo de agua y energía.
Además, busca promover en las organizaciones la utilización de energías renovables, el reciclaje de todos los residuos cuando sea posible, incluyendo la utilización de agua lluvia y otras alternativas que permitan reducir el impacto.
Garantizar la transparencia en su cadena de suministro
Las empresas deben vigilar constantemente el cumplimiento legal de sus proveedores, desde las formalidades legales y sociales hasta las ambientales. La transparencia es uno de los pilares de la RSE, esta debe ser aplicada incluso en la cadena de suministro.
Hoy en día los modelos de consumo tienen un impacto social y ambiental, como se ha visto en la industria textil, específicamente en Bangladesh. La presión por los precios hace que se contraten y se compren los suministros más económicos, sin ver las consecuencias socioambientales. De allí la importancia de establecer criterios de evaluación basados, por ejemplo, en la norma ISO 26000. Esto con el objetivo de fomentar un equilibrio entre el rendimiento, la equidad social y la protección del medio ambiente.
¿Qué criterios tener en cuenta para elegir a sus proveedores?
La tarea de encontrar un proveedor que cumpla con los criterios de calidad y los valores comerciales basados en una gestión sostenible de productos no es fácil. Sin embargo, si se busca tener un producto socialmente responsable se deben adquirir materias primas sostenibles. Aquí una lista de recomendaciones teniendo en cuenta la RSE:
Verificar la reputación del proveedor en temas sociales y ambientales
Escoger proveedores cercanos para reducir las emisiones de gases y así reducir la huella de carbono
Validar la política del proveedor en materia de derechos humanos y medio ambiente
Conocer la gestión de residuos: ¿qué hacer con el producto en su fin de vida?
Escoger proveedores con certificaciones sociales, ambientales, eco- etiquetas, sistemas de gestión implementados
¿Cuáles son los retos de la RSE para el 2022?
La digitalización de la Responsabilidad Social Empresarial es un aliado para las empresas, hoy es posible medir su desempeño en RSE gracias a indicadores específicos.
Una herramienta digital puede contener todas sus acciones en materia ambiental, social y de gobernanza, en lo relacionado con la evaluación de aspectos e impactos socioambientales, entre otras actividades.
Gestión de recursos naturales
Por ejemplo, cuando se quieren mostrar los avances relacionados con el consumo de agua y energía, las organizaciones generalmente presentan el seguimiento de estos recursos durante los diferentes periodos del año en gráficos de excel. Gracias a un software dedicado es posible realizar estadísticas y gráficas con datos reales comparando el progreso en relación con los años precedentes. Allí es posible identificar las razones del progreso, debido a que toda la información está relacionada con las acciones del Plan de acción global.
Análisis de ciclo de vida de productos
El abastecimiento de materias primas requiere de una estrategia con los proveedores, una herramienta digital le permite contar con un gestor documental para almacenar la evaluación, los contratos, las certificaciones y las auditorías efectuadas. Este seguimiento facilita la medición del desempeño de la conformidad de su proveedor de acuerdo a los criterios establecidos por la organización.
Contar con una base documental sólida permite efectuar la medición de la huella de carbono de la fabricación de un producto, desde el aprovisionamiento, producción, transporte y reciclaje. Un software permite conocer la producción de carbono relacionado con el aprovisionamiento de materias primas y cada una de las fases mencionadas.
Medir la calidad de vida en el trabajo
En términos sociales su organización debe dar cuenta de las acciones implementadas para garantizar los derechos humanos, la no discriminación, las buenas prácticas en salud y seguridad.
Cuando se lance una nueva encuesta para evaluar la “Calidad de vida en el trabajo”, todos los empleados recibirán una alerta y los resultados serán almacenados automáticamente en una plataforma. Allí se generarán las gráficas y estadísticas necesarias para el análisis, incluso el reporte se generará de manera simple recopilando toda la información, además guardará los diferentes registros y el histórico de los datos de los últimos años.
Tanto la RSE como la transformación digital hacen más competitivas las organizaciones, ya que permiten gestionar mejorar los riesgos, mejorar la comunicación con los clientes, medir la calidad de vida en el trabajo, generar innovación y oportunidades de crecimiento.